COMIENZA UN NUEVO CURSO…
… Y con él los proyectos, las programaciones, los planes… y también la ilusión, los retos, la creatividad… Es verdad que este entusiasmo inicial se ve pronto aminorado por la “cruda realidad”: los problemas, las dificultades, los conflictos. Pero nosotros como educadores, y más como creyentes, nos apoyamos en la esperanza que nos provoca creer en lo que hacemos y vivimos, como parte de un Proyecto mayor: enseñamos, educamos, acompañamos… como medio para evangelizar, con la seguridad de que el Señor estará con nosotros hasta el fin del mundo. (Cfr. Mt. 28, 20).
Aunque esperamos recuperar la normalidad, seguimos en pandemia, y no podemos bajar la guardia; seguiremos con mascarillas, geles y videoconferencias; la experiencia adquirida ha supuesto un esfuerzo de adaptación y un aprendizaje ciertamente notables. Seguiremos con responsabilidad cuidándonos, para cuidar a otros. Precisamente del cuidado de la Creación, que incluye el cuidado del prójimo, habla con frecuencia el Papa Francisco, sobre todo en el mes de septiembre. Hemos de crecer en esta sensibilidad por el cuidado de la “Casa común”.
También habla el Papa Francisco de un Pacto educativo global, por el cual nos hagamos personas e instituciones relacionales, en diálogo con el entorno, ofreciendo nuestras propuestas, evangélicas y carismáticas, pedagógicas y culturales, a fin de crear y transformar espacios cada vez más humanos.
Por otra parte, la Conferencia Episcopal Española ha hecho público el documento «Fieles al envío misionero» con orientaciones y líneas de acción para el cuatrienio 2021-2025. Parte del análisis, un tanto negativo, de nuestra sociedad española que describe como “desvinculada, desordenada e insegura en la que crece la desconfianza y el enfrentamiento. En este contexto es necesario seguir afirmando que la vivencia religiosa, la fe en Dios, aporta claridad y firmeza a la existencia”. Por eso propone a todos los católicos españoles una dinámica de salida misionera; nos pide salir al encuentro de “los de fuera” para generar espacios de diálogo y colaboración. Y sin olvidar nuestra misión: anunciar la Buena nueva a nuestros contemporáneos, siendo testigos de Jesucristo en la sociedad española del siglo XXI. No es mal programa…
¡Feliz y fecundo curso 2021-2022!