”Está siempre prohibido en nuestras escuelas todo castigo corporal, como la vara, el listón, e incluso los golpes, los tortazos, etc. Dejaréis a los padres que utilicen estos medios, como dice la Santa Escritura, y no habla en sentido figurado. En cuanto a usted, recuerde que un buen jinete sabe reducir a su voluntad a un caballo inquieto y asustadizo, acariciándolo y dirigiéndolo con mano suave y halagadora, sin necesidad de utilizar ni látigo ni espuela. ¿Por qué han de ser tratados los hombres con más dureza que las bestias?».
P. Querbes 1861