La infancia del venerable Luis Querbes
Luis asistió al catecismo en su parroquia de San Nicecio y recibió la primera Comunión el 13 de junio de 1805. Él conservó siempre la imagen-recuerdo del acontecimiento, una imagen muy del gusto de la época que representaba un cordero que duerme tranquilamente sobre el libro de los siete sellos, rodeado de diversos símbolos.
La Revolución había arruinado la organización de la enseñanza primaria. Maestros más o menos preparados recibían a algunos alumnos a quienes formaban individualmente. No se sabe quién enseñó a leer y a escribir a Luis. Su madre desde luego no, pues era analfabeta. De todos modos, aprendió, y aprendió bien.
En octubre de 1805 ingresó en la escuela clerical de San Nicecio, que se abría ese año. Esta admitía a niños que ayudaban o cantaban durante las numerosas ceremonias de la Iglesia. Para ser admitidos, los niños debían tener aptitudes para servir en la Iglesia, pero también ofrecer alguna esperanza de vocación para el sacerdocio. Era una especie de seminario menor con otro nombre.
La asistencia a los oficios diarios, la formación en el canto, la asistencia a las ceremonias, la clase y el estudio ocupaban todo el día de Luis, que en este medio escolar y religioso realizará unos estudios sólidos.