El 2 de febrero, festividad de la Presentación del Señor en el templo, se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, cuyo lema para este año es «La vida consagrada, parábola de fraternidad para un mundo herido». Este lema nos hace presente la urgente necesidad que tiene nuestro mundo de mostrar la fraternidad como un bálsamo en medio de tantas divisiones y de tanto dolor producido por las rupturas y las discordias. La fraternidad es medicina para la soledad, la tristeza y para cualquier sufrimiento.
Estamos inmersos en una pandemia que ha mostrado con toda su crudeza la vulnerabilidad del ser humano. El dolor y la incertidumbre se han adueñado de muchos corazones. Hoy, la vida consagrada quiere recordarnos que todos somos hermanos y que todos estamos convocados a la ayuda mutua y al apoyo recíproco sin desentendernos de nadie.
Te invitamos a ver este vídeo-testimonio sobre la vida consagrada: