Les escribo hoy para pedirles sus oraciones en favor de la Comunidad Viatoriana de Haití, en estos momentos en que ese país sigue luchando contra la inestabilidad política y social. El 17 de marzo de 2021, la Conferencia Latinoamericana de Religiosos (CLAR) emitió una declaración detallada sobre la situación en Haití. Los siguientes extractos están tomados de esa declaración:
«…denunciamos públicamente la actual situación de violencia, inseguridad y anarquía generalizada que han hecho del país y especialmente de su capital, Puerto Príncipe, un lugar donde se hace imposible vivir. El horror de los secuestros generalizados es sólo una muestra de la realidad a la que está sometido el pueblo haitiano por bandas fuertemente armadas que actualmente afectan a gran parte de la vida cotidiana…»
«Hoy somos más conscientes que nunca de la interconexión de la vida y de que la supervivencia del ser humano y del planeta está íntimamente ligada a la convicción de que nos pertenecemos y nos necesitamos mutuamente. Al pueblo haitiano y a los religiosos que llevan a cabo su misión en esta hermosa tierra, les pedimos que escuchen hoy nuestro grito de solidaridad que se alza con fuerza para asegurarles que no están solos, que caminamos con ellos y que haremos todo lo que esté en nuestras manos para ayudarles a conseguir la liberación que buscan y merecen en lo que respecta al derecho, la dignidad y la justicia.»
Recientemente, el padre Nestor Fils-Aimé me ha escrito describiendo el deterioro de la situación en Haití. Aunque los hermanos están a salvo, su trabajo educativo y pastoral es muy difícil debido a la situación que se vive en todo el país. Aumentan los secuestros y los asesinatos. El padre Fils-Aimé me ha informado de que uno de sus sobrinos fue secuestrado y que la familia se vio obligada a pagar un cuantioso rescate para su liberación. Esta es la situación de muchas familias en Haití, incluidas las de nuestros hermanos.
Aunque la comunidad viatoriana se enfrenta a estos retos en Haití, nuestros hermanos se alegran del proyecto en curso de la reconstrucción de la Villa Manresa, destruida casi por completo por un terremoto hace más de diez años. Este proyecto de reconstrucción sigue adelante actualmente y es de esperar que proporcione un lugar para la renovación de la misión viatoriana en Haití.
En este tiempo de Pascua, les pido que recen especialmente por nuestra comunidad viatoriana de Haití. Nuestros hermanos necesitan nuestro apoyo y el pueblo de Haití al que sirven necesita nuestras oraciones. Como escribieron los dirigentes de la CLAR en marzo: «Que el Dios de la justicia y la libertad, el Dios de la paz, el Dios de Jesús, que vino para que tuviéramos vida en abundancia, acompañe al pueblo de Haití en esta prueba nacional». Que su oración se convierta en la nuestra.
Fraternalmente en Cristo resucitado,
Robert M. Egan, CSV
Superior General