El Directorio para la catequesis nos recuerda que el Catecumenado es “fuente de inspiración para la catequesis”, y uno de los elementos del mismo es el carácter comunitario. Dice: «El catecumenado es un proceso que se realiza en una comunidad concreta, que experimenta la comunión dada por Dios y es, por tanto, consciente de su responsabilidad en el anuncio de la fe. La catequesis, inspirada en el catecumenado, integra la contribución de diferentes carismas y ministerios (catequistas, servidores de la liturgia y la caridad, líderes de grupos eclesiales, junto con los ministros ordenados…), manifestando, de este modo, que el seno que regenera en la fe es toda la comunidad» (Directorio, 64,d).
Una de las tareas ineludibles de la catequesis es introducir a los catequizandos en la vida comunitaria. «La fe se profesa, se celebra, se expresa y se vive sobre todo en la comunidad: “La dimensión comunitaria no es solo un ‘marco’, un ‘contorno’, sino que es parte integrante de la vida cristiana, del testimonio y de la evangelización” (Papa Francisco, Audiencia general 15.01.2014)» (Directorio, 88).
Como catequistas, tenemos el gran desafío de que las familias que acompañamos gusten la vida de nuestras comunidades, se aficionen y se impliquen en la vida comunitaria. Ciertamente tendremos que ser creativos, pero, ¿no creéis que lo que más puede llamar su atención y animar su incorporación a la comunidad es el consabido “mirad cómo se aman”? Ahí lo dejamos para vuestra reflexión.