Queridos hermanos y hermanas,
Hoy, los cristianos de todo el mundo celebran el Miércoles de Ceniza e inician los 40 días del tiempo cuaresmal. La Cuaresma, tradicionalmente un tiempo de oración y penitencia, nos llama a cada uno de nosotros a reflexionar más profundamente sobre nuestra propia imperfección humana, reconociendo nuestra necesidad de conversión y de la misericordia de Dios. Al mismo tiempo, nos preparamos para experimentar la alegría y la esperanza que nos ofrece el Señor Resucitado el domingo de Pascua.
Con este breve mensaje, les envío también el enlace del mensaje de Cuaresma del Papa Francisco. El Santo Padre reflexiona sobre el significado de la Cuaresma e invita a los creyentes de todo el mundo a un recorrer un camino que nos lleve a la curación, a la plenitud y al reconocimiento del misterio de la vida y sacrificio de Jesús por nuestra redención. Citando a Gálatas 6, Francisco nos lanza un reto con las palabras de San Pablo: «…mientras tengamos la oportunidad, hagamos el bien a todos.» Que este sea nuestro compromiso cuaresmal, en las pequeñas pero a veces muy significativas formas de hacer el bien a quienes encontremos en este camino cuaresmal.
En particular, el Santo Padre nos ha pedido que recemos el Miércoles de Ceniza por el fin de la violencia y de la guerra en Ucrania. Unamos nuestras voces en la oración por una solución pacífica y por el fin de esa violencia indiscriminada que se está cobrando demasiadas víctimas y está causando un sufrimiento inconmensurable a tantas personas. Que los días de Cuaresma nos lleven a la paz y ofrezcan al pueblo ucraniano una Pascua de curación y esperanza.
Les invito a que se tomen un tiempo para leer el mensaje de Cuaresma del Santo Padre y reflexionar sobre él. Y sepan que están presentes en mis oraciones mientras caminamos juntos a través de estos días de Cuaresma hacia la luminosa promesa de alegría y de renovación que nos aporta la Pascua.
Que Dios los bendiga.
Afectuosamente en San Viator y Luis Querbes,
Robert M. Egan, CSV
Superior General