Esta fue la primera pregunta que nos presentó Manuel María Bru en el Encuentro de formación de catequistas. A la misma, respondió con el n. 55 del Directorio de Catequesis: «La catequesis es un acto de naturaleza eclesial, nacido del mandato misionero del Señor (cf. Mt 28,19-20), cuyo objetivo, como su propio nombre indica, es hacer resonar continuamente en el corazón de cada hombre el anuncio de su Pascua, para que su vida sea transformada».
Y continuó Manuel María: «Cuando hablamos de catequesis, estamos hablando de una de las tareas de la misión evangelizadora de la Iglesia. La catequesis tiene como misión no dar algo que ya esté en el corazón de los catecúmenos o catequizandos, sino despertar lo que está en su corazón, porque en su corazón está ya la nostalgia de Dios, el deseo de Dios, la búsqueda de Dios y, ya en su conciencia, una huella del amor de Dios, manifestada y reconocida por muchos, simplemente al mirarse a sí mismos y al tener una introspección sobre su propio corazón, su propia alma, su propia vida. Ahí hay un inicio, ahí ya ha arrancado la catequesis. Nuestra labor como Iglesia en la catequesis es hacer resonar, ponerle nombre, ayudar a explicitar y poder transmitir la revelación de Dios, que responde a ese anhelo profundo del corazón del hombre”. (…)
“Para que su vida sea transformada”. Esto es muy importante. Precisamente esta clave “para que su vida sea transformada” es la que nos ayuda a valorar de un modo muy especial la catequesis de iniciación cristiana, porque la catequesis de iniciación cristiana tiene como objetivo el que sea un proceso que lleve a la transformación de la vida, a la conversión».
Ya sabes, catequista: vamos a “hacer resonar” la Buena Noticia para que la vida de nuestros niños, adolescentes, jóvenes o adultos, “sea transformada”.
Si lo deseas, puedes ver esta sistemática y nada aburrida ponencia de Manuel María en el vídeo del Encuentro de formación: https://youtu.be/d6GadITvAk8