¿En qué consiste la doble fidelidad de la catequesis, y en qué sentido nos exige repensarla y renovarla?
Manuel Mª Bru decía que este concepto de la doble fidelidad, presente en los anteriores Directorios, se menciona cinco veces en el actual. Leemos en su nº 146:
«Además de la fidelidad al mensaje de la fe, el catequista necesita conocer a la persona concreta y el contexto sociocultural en el que vive. (…) A este conocimiento se llega por la experiencia y por una reflexión continua sobre ella, pero también gracias a la contribución de las ciencias humanas, iluminadas por los principios de la doctrina social de la Iglesia. Hay que prestar una especial consideración a la psicología, la sociología, la pedagogía, las ciencias de la educación, de la formación y de la comunicación».
Manuel Mª comentaba que podemos ser muy sensibles a la primera fidelidad, la del mensaje, y olvidarnos de la segunda (la persona y su contexto sociocultural). En este caso, olvidamos cómo ha sido y es la ‘catequesis’ de Dios con nosotros a lo largo de toda la historia de la salvación y cómo se nos ha dado de un modo definitivo en Jesucristo, el Hijo eterno del Padre hecho uno de nosotros. En pocas palabras: “el principio de encarnación”.
Pero también puede ocurrir que nos esforcemos tanto en la fidelidad al destinatario que, para mantenerlo y no correr el riesgo de que se nos vaya, al final olvidemos transmitirle la revelación de Dios. Entonces haríamos una catequesis de entretenimiento, no una catequesis cristiana donde proponer la experiencia de la fe.
Manuel Mª finalizó esta tercera pregunta alentando la formación de los catequistas en teología y en ciencias humanas para mantener esta doble fidelidad de la catequesis.
Que continúes formándote con ahínco y entusiasmo. ¡Mucho ánimo!