Después de la alegría con que hemos disfrutado de la fiesta y de los regalos de ‘Reyes’, podríamos recordar algún fragmento de la Carta pastoral “Los catequistas son un gran regalo”, que Francisco Pérez, Arzobispo de Pamplona, dirigió a su archidiócesis en febrero de 2020. En la misma leemos: «Creo que por tres razones son los catequistas un gran regalo para la Iglesia y para la sociedad. La Iglesia está necesitando de evangelizadores y misioneros y ellos son ‘cabeza de lanza’ de tal don. (…) Otra razón por la que son regalo, tanto en el ámbito eclesial como social, es para que el catequista sea testigo y testimonio del amor de Jesucristo y esto es un gran regalo. El Papa San Pablo VI lo dijo: “El mundo de hoy cree más a los testigos que a los maestros, y si cree en los maestros es porque éstos sepan dar testimonio” (Evangelii Nuntiandi, 41). El Papa Francisco lo ha dicho de forma parecida: “Menos textos y más testigos”. (…) Bien se puede decir que los catequistas son misioneros de la alegría, de la esperanza y del amor, mensajeros del Evangelio y en definitiva son testigos del Señor. (…) Ahora bien hay una tercera razón por la que el catequista se ha de identificar como servidor del mensaje que anuncia y el catequista sea portavoz de la enseñanza de la Iglesia y esto es un gran regalo. (…) La Iglesia nos recuerda habitualmente que el mismo testimonio de su vida cristiana y las obras hechas con sentido sobrenatural tienen eficacia para atraer a los hombres hacia la fe y hacia Dios».
De verdad, catequista: eres un regalo para la Iglesia y para la sociedad. Y el Señor te ha hecho también a ti el gran regalo de tu vocación de catequista. ¡Disfruta y comparte este hermoso regalazo!