Pues sí, en algunos de los ‘minutos’ de este curso volveremos sobre el acompañamiento. Ya dice Francisco Julián Romero Galván: «Los términos “acompañar” y “acompañamiento” están hoy en el candelero de la reflexión pastoral y catequética. Estos dos conceptos manifiestan un nuevo estilo pastoral y un novedoso enfoque de la iniciación cristiana. Para que una persona pueda hacerse cristiana, es preciso que, además de ser instruida en los contenidos de la fe, pueda ser acompañada en su crecimiento espiritual. Solamente así progresará y afianzará la fe y la conversión por medio de la catequesis y la celebración litúrgica, de la mano de la comunidad de creyentes y de aquellos agentes que esta ponga a su servicio. (…) El acompañamiento eclesial, en sus múltiples vertientes, ya estaba presente, y de qué forma, en el catecumenado antiguo. En él, la Iglesia realiza un completo acompañamiento en quienes solicitaban ser cristianos».*
Eres catequista y acompañante. Estás a disposición del Espíritu del Señor y de la persona que acompañas con todas tus capacidades y cualidades, con tu ser y hacer. Y, como dice Romero Galván, para que después tengas la valentía de hacerte a un lado con humildad. Así participas de la maternidad de la Iglesia ayudando a hacer germinar, desarrollar y dar a luz nuevos hijos e hijas en la fe. (Cf. F. J. Romero Galván, o.c., p. 50).
* Francisco J. Romero Galván, Asociación Española de Catequetas (AECA), El acompañamiento en catequesis (Didajé, n. 16), PPC, Madrid 2019, p. 49.