Finalizamos estos ‘minutos’ sobre el acompañante inspirándonos en Ana Giménez Antón: «En esta experiencia de acompañante, para mí, ha sido muy importante rezar por el acompañado y decirle: “Rezo por ti”. Para sostener la vida de fe, tanto el acompañante como el acompañado cuentan con varias “patas” o pilares: la oración (personal, comunitaria, ejercicios espirituales), la celebración de los sacramentos, el grupo o comunidad, el compromiso por los demás (de tiempo: voluntario, animador, catequista, visitador de enfermos; y de bienes: compartir parte de lo que tengo con los que tienen menos), el acompañamiento personal, etc. Y, por último, quiero resaltar que los acompañados te evangelizan. Acompañar a otros ha producido en mí un mayor deseo de seguir a Jesucristo y de convertirme cada día».*
Hermosa la experiencia de Ana Giménez Antón. Te invito a que revivas y examines tu experiencia como catequista-acompañante. Seguro que das gracias a Dios por tanto bueno como has dado y has recibido porque, antes de acompañante, has sido acompañada, acompañado, como nos ha transmitido Ana Giménez Antón en este libro de AECA cuyo capítulo ha bautizado así: “De acompañada a acompañante”. ¿No es una maravilla?
* Ana Giménez Antón en Asociación Española de Catequetas (AECA), El acompañamiento en catequesis (Didajé, n. 16), PPC, Madrid 2019, pp. 131-132.