Hace unos años, la revista Misión Joven dedicó un número al “Acompañamiento en Pastoral Juvenil”. Santiago García Mourelo, salesiano, tituló uno de los ‘estudios’: “Testigo y no maestro. El acompañante”. Del mismo extraeremos en los próximos ‘minutos’ algunos párrafos para nuestra reflexión. El acompañamiento es un ‘ministerio’, fruto del Espíritu, un carisma. Por ello, con García Mourelo: «Podemos decir que todo acompañante es, primero y fudamentalmente, un creyente que desarrolla su participación en la Iglesia acogiendo ese particular carisma, su vocación. Cuestión que implica recorrido en la fe, discernimiento y respuesta vocacional. Todo lo demás, son asunción de técnicas o funciones sin principio, ni fundamento, ni finalidad específica».*
Catequista: eres testigo de la fe con tu vida, todo el día. Testimonias tu fe porque la vives y con tu testimonio evangelizas. Ya dicen que, en estos tiempos, las personas escuchan más a quienes dan testimonio que a quienes enseñan; y si escuchan a los que enseñan, es porque dan testimonio. Dios cuenta contigo para hacer resplandecer su Palabra en nuestro mundo, entre tus catequizandos. Tú eres ese espejo que el Señor Jesús ha elegido para que lo reflejes. Siendo testigo del Maestro, yo creo que podrás ser maestro para tus catecúmenos.
* Santiago García Mourelo, “Testigo y no maestro. El Acompañante” Misión Joven, n.480-481. Enero-febrero 2017, pp. 51-53.