«Aunque en sus mensajes de Buenos Aires (Jorge Mario Bergoglio) decía explícitamente que en la catequesis había que presentar sistemáticamente la fe y esto así se debe hacer, en los últimos tiempos y siguiendo las ideas que aparecen recogidas en “Evangelii Gaudium” afirma insistentemente que todos debemos anunciar el Evangelio, anunciamos a una Persona, anunciamos un acontecimiento, Cristo. Debemos centrarnos en lo nuclear del mensaje cristiano.
Este anuncio se debe hacer con alegría. ¿De dónde nace esa alegría? Del encuentro personal que realiza la persona con Jesucristo. El Papa en su exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” repite insistentemente que los creyentes deben dejarse encontrar por el Señor cada día, recordando el kerigma que provocó en ellos la conversión inicial al Evangelio: “Invito a cada cristiano en cualquier lugar y situación a renovar ahora mismo su encuentro personal con Jesucristo o, al menos, a tomar la decisión de dejarse encontrar por Él, de intentarlo cada día sin descanso” (EG 3)
Por lo tanto, ¿Cuáles son los contenidos fundamentales de este anuncio? El kerigma. La catequesis debe ser transversalmente kerigmática con el contenido más importante que es el anuncio pascual: Jesús ha resucitado. Así lo dice Francisco: “El catequista, como todo cristiano, anuncia y testifica una certeza: que Cristo ha resucitado y está vivo en medio de nosotros. El catequista ofrece su tiempo, su corazón, sus dones y su creatividad para que esta certeza se haga vida en el otro”».* (El subrayado es nuestro)
Qué misión más ilusionante. ¡Feliz Pascua, catequista, testigo del Resucitado!
* José María Pérez Navarro, Diez cosas que el papa Francisco propone a los catequistas. Publicaciones Claretianas, Madrid 2018, pp. 37-38.