Beatriz Montañés Ríos escribió un artículo en la revista Misión Joven, que tituló: “Educación emocional: la brújula para la Escuela del siglo XXI”. Algunas de sus reflexiones para educadores y familias nos pueden venir bien a los catequistas. Por ejemplo: “El arte de educar no es otra cosa que ayudar a sacar hacia afuera la gran belleza que hay dentro de cada uno”. “La relación entre las personas implica un intercambio emocional muy importante”. “Educar la mente sin educar el corazón no es educación en absoluto” (Aristóteles). “El principio de la educación es predicar con el ejemplo” (A.R.J. Turgot). “El porqué de esta demanda (de la educación emocional) no es otro que una necesidad vital desencadenada por todos los problemas socioemocionales que se han ido agudizando en nuestras escuelas”. Finalizamos con esta: “¿Hay algo más gratificante que escuchar a un profesor contar con pasión y armonía cuánto le emocionan sus alumnos?”.
Y podríamos concluir nosotros: ¿Hay algo más gratificante que escuchar a un, a una catequista contar con pasión y armonía cuánto le emocionan sus catequizandos? ¿Y cuánto le emociona su relación con Jesucristo, el Resucitado? Que sepas escuchar a Jesucristo y a tus catequizandos en tu corazón. Así tus catequizandos aprenderán también a escuchar su corazón y ponerlo en sintonía con el corazón de Jesús.
* Beatriz Montañés Ríos, “Educación emocional: la brújula para la Escuela del siglo XXI” Misión Joven, n.442. Noviembre 2013, pp. 11-19.