Si en un anterior ‘minuto para ti, catequista’, proponíamos una catequesis misionera, la Asociación Española de Catequetas en sus reuniones de los años 2003 y 2004, concretaba de esta forma un nuevo ‘paradigma’ de iniciación cristiana y decía: «Podemos describirlo como un paso de “la reproducción a la recomposición” sustituyendo la transmisión de la fe bajo la forma de herencia o mera repetición por la transmisión bajo la forma de propuesta, dirigida a la persona, que reclama de ella no sólo una acogida, sino una apropiación personal mediante una elaboración personalizada sin pérdida de los rasgos característicos de un cristianismo fiel (cf. J. Martín Velasco, La transmisión de la fe en la sociedad contemporánea, Sal Terrae, Santander 2002, p. 69».*
Como dice esta publicación más adelante, «la transmisión de la fe se venía realizando de forma que “se había vuelto difícil comprobar el adagio según el cual uno no nace cristiano, sino que se hace cristiano”»**.
Ciertamente hemos de proponer sencilla y decididamente a Jesucristo y su Evangelio, que puedan acogerlos con libertad y adherirse personalmente. A nosotros nos toca acompañar la búsqueda y el encuentro con Jesucristo y su Evangelio, la experiencia que van adquiriendo y cómo cada uno de nuestros catequizandos va asumiendo su identidad cristiana. ¡Mucho ánimo, catequista-acompañante!
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