Luis Querbes concibió el primer designio de la sociedad hacia el año 1826. Confesará más tarde: esta idea me ocupa completamente, me sigue incluso hasta el altar.
La idea era crear un Seminario Menor destinado a proporcionar a las pequeñas parroquias de las aldeas, maestros de escuela. Serían enviados a los párrocos y podrían ser trasladados cuando fuese necesario. Se trataría, por consiguiente, de crear un centro de formación y una sociedad de maestros para las escuelas parroquiales dónde pudieran hacer ejercicios espirituales, recibir la formación pedagógica y la formación pastoral. También serviría como centro de acogida para los maestros retirados.
Al Vicario General de la Diócesis escribirá, el venerable Luis Querbes, una carta diciendo que el proyecto es formar una verdadera escuela normal que sea para la diócesis un semillero de maestros para las escuelas cristianas parroquiales, los cuales sean en nuestras parroquias rurales acólitos y sacristanes de los párrocos, siempre a sus órdenes, ya sean célibes o casados.
En el año 1838, Querbes escribe a un cardenal de la Curia Romana recordando su idea fundadora: una sociedad de catequistas que, enviados de uno en uno, si fuera necesario, llenen el vacío dejado por otras asociaciones religiosas, para que sean los compañeros de los párrocos, los clérigos y ministros al servicio del altar, los maestros piadosos para educar a los niños en la doctrina cristiana.