La historia de Honduras es, sobre todo, desencanto. Se ha edificado a base de sufrimiento y de pobreza. Su nombre viene de una amarga expresión de Colón en su cuarto viaje. “Gracias a Dios que hemos salido de estas honduras “
En los años 90 del siglo XX, el pueblo hondureño es mayoritariamente pobre. Son caminantes obligados por su tierra que es propiedad de otros. Los tres demonios del hondureño son:
- La corrupción.
- El alcoholismo.
- El machismo.
El 6 de junio de 1997 el Consejo provincial de los viatores de España anuncia el lugar y personas para una nueva Fundación: Jutiapa (Honduras), Víctor Cámara, Arturo Lobo y José Ramón Zudaire.
El 15 de agosto de ese mismo año, en la fiesta de la provincia, se hace el envío a la nueva fundación de Jutiapa (Honduras).
El 10 de enero de 1998 Víctor Cámara, Arturo Lobo y José Ramón Zudaire salen para Honduras. Les esperan los PP. Claretianos de La Ceiba. Al día siguiente son recibidos en la Parroquia de Jutiapa, municipio de 30.000 habitantes y 75 aldeas.
A los pocos meses de la llegada de los primeros viatores a Jutiapa, el 26 octubre de 1998, el huracán Mitch se acerca devastador a las costas de Honduras. Víctor, Arturo y Joserra se apresuran a ayudar a las gentes de sus aldeas. Cuatrocientas personas se refugian en nuestra parroquia. Después vendrán seis meses de reparto de ayudas. La colaboración desde algunos centros viatorianos de España fue muy importante.
Hoy, 23 años después 6 viatores religiosos, 22 viatores asociados y un buen grupo de voluntarios trabajan en la misión viatoriana en los siguientes ámbitos:
- Parroquia Ntra. Sra. del Tránsito, desde 1998.
- Centro educativo San Viator, fundado en 2015.
- ONG SERSO Honduras, desde 1998 y con estatutos propios desde 2003.
JOSE RAMÓN ZUDAIRE
El padre José Ramón Zudaire de Acha falleció el 22 de noviembre de 2007 a los 59 años de edad. Joserra había nacido en Pamplona el 12 de julio de 1948. En 1959 ingresaba en la congregación de los Clérigos de San Viator. Después de la etapa de formación, iniciaba su corta andadura de profesor en diferentes colegios de España.
También fue encargado de vocaciones, maestro de novicios durante y Consejero provincial. Tras los estudios de misionología, se decantó por su gran sueño misionero, partiendo hacia Jutiapa, en Honduras, en enero de 1998.
Las circunstancias quisieron que Joserra llegara al municipio hondureño de Jutiapa sólo unos meses antes de que el huracán Mitch hiciera estragos y se marchó con la llegada de otro huracán, el Félix. Ayudó a los necesitados y afectados por dicha catástrofe; canalizó la ayuda de emergencia y humanitaria y colaboró en los trabajos de reconstrucción. Era el sacerdote de la iglesia de Nª Sª del Tránsito de Jutiapa y colaboraba con la ONG Serso-San Viator de Honduras.
Al fallecer Joserra, la parroquia de Jutiapa permaneció abierta todo el día para los que desearan acercarse a orar. Al día siguiente se celebró una misa de acción de gracias por su vida y compromiso en la parroquia de Jutiapa. Allí reposan sus cenizas al pie del altar de la parroquia.