El pasado 12 de junio, se llevó a cabo el primer encuentro viatoriano internacional de modo online. La iniciativa partió de la comunidad Padre Querbes de Vitoria (España) y el encuentro fue dirigido por la viator asociada María José Martínez y el viator religioso Tomás Aranberri.
Tras los saludos del inicio, un grupo de religiosos de Haití animaron el encuentro con una canción. Seguidamente, un representante de cada país participante, presentó la comunidad viatoriana de su país. A continuación, se realizó una oración en la que se rezó la oración por la beatificación del venerable Luis Querbes desde el cementerio de Vourles (Francia), donde reposan sus restos.
Participaron un total de 150 viatores de los siguientes países: Francia, Canadá, EEUU, España, Chile, Perú, Honduras, Colombia, Burkina Faso y Costa de Marfil.
Muchas gracias a la comunidad Padre Querbes de Vitoria por esta iniciativa, muchas gracias a todos los viatores participantes y esperamos que este encuentro internacional sea el primero de otros muchos.
“La Comunidad viatoriana es un don del Espíritu a la Iglesia y al mundo; está llamada a ser un signo profético en nuestra sociedad. Es fruto de una apelación dirigida a personas comprometidas en estados de vida diferentes: vida religiosa, vida secular, incluso ministerios ordenados, que caminan juntos en el seguimiento de Jesús y viven el Evangelio según el carisma querbesiano actualizado en el carisma viatoriano”. Carta de la Comunidad Viatoriana.
“La misión de la Comunidad viatoriana es anunciar a Jesucristo y su Evangelio, y suscitar comunidades en las que se viva, se profundice y se celebre la fe (C. 8). Todos los Viatores son corresponsables en esta misión y se esfuerzan en realizarla a través de su trabajo de educadores, de sus tareas pastorales, profesionales o domésticas. Ponen el acento en la vivencia de la Palabra de Dios para proclamar la Buena Noticia de Jesucristo, en particular entre los jóvenes y los desfavorecidos de nuestro tiempo, y en el compromiso en favor de la paz y de la justicia social. Privilegian especialmente la catequesis y la vida litúrgica. Según el proyecto del Fundador que les quería “clérigos parroquiales” y por su historia, los Viatores están llamados, dondequiera que se encuentren, a colaborar con la Iglesia local, haciendo valer su carisma en una actitud de escucha y diálogo con su obispo y los otros agentes pastorales. En consecuencia, colaboramos con los hombres y mujeres de nuestro entorno, acogemos y apoyamos especialmente a las personas que se comprometen en nombre de los valores evangélicos en la misión”. Carta de la Comunidad Viatoriana.