Fue hacia el año 1826 cuando el P. Luis Querbes concibió el primer proyecto de esta sociedad. Escribe en una de sus cartas: “Me sorprendía pensando en lo ventajoso que sería el facilitar a mis hermanos sacerdotes, maestros y compañeros como el que yo tenía la suerte de tener entonces”.
El proyecto fue madurando en los siguientes años: “se trataba de crear un seminario para maestros de escuela parroquial”. Pero estos maestros serían más que simples profesores; podrían ser célibes o casados. Toda esta promoción del laicado que Luis Querbes tiene pensado, no se hará realidad hasta el Concilio Vaticano II.
Vemos en los borradores de los primeros estatutos un proyecto dirigido a maestros, que fuesen también catequistas, que sirvieran en el altar, que fuesen compañeros de los sacerdotes.
En el año 1830, consigue Querbes la aprobación civil de su sociedad, como institución educativa.
El gobierno francés se había opuesto a que el Padre Querbes fuera nombrado párroco de Bourg-Argental, noticia que el P. Querbes recibió en Vourles el 21 de octubre, fiesta de San Viator. En esta negativa, el P.Querbes vio un signo providencial, y se puso de inmediato a preparar una carta a Monseñor de Pins, solicitando la aprobación de su institución.
La carta la escribe con toda clase de explicaciones y detalles, y al mismo tiempo con delicadeza, pues el párroco de Vourles sabía que Monseñor de Pins estaba irritado contra él, solicitando la aprobación de la sociedad de catequistas. La carta y el posterior diálogo resultaron tan efectivos que el 3 de noviembre de 1831 el Sr. Barou transmitía la decisión del Consejo Episcopal: “En el Consejo de hoy Monseñor ha aceptado y aprobado, en cuanto a lo que le concierne, su institución de Clérigos de San Viator”.