Comenta Álvaro Ginel, salesiano: «El acompañante que nos presenta este material de iniciación en el catecumenado (se refiere a Encuentro con Jesús, el Cristo, para catecúmenos adultos) es un creyente que ha hecho un camino de respuesta personal a la llamada del Espíritu en su vida. Eso le posibilita tener una fe razonada y personalizada (…). Es un creyente con consistencia firme de su propio acto de creer. Es un iniciado en el conocimiento de la fe, en la liturgia, en la oración, en la vida de conversión y transformación interior, en la acción apostólica y mantiene una intimidad con Jesucristo. Es una persona que ha adquirido una madurez personal humana y cristiana (…). Es un miembro de la comunidad cristiana a la que el catecúmeno aspira a formar parte (…). Es un creyente que cree también en el otro tal y como ahora es y está. Esto se traduce en una actitud de respeto, de espera y de confianza en lo que el Espíritu le suscita y en lo que la persona, con libertad interior, acoge, asume y responde. El camino de maduración humana y de conversión es un camino largo en el que el acompañante tiene como quehacer principal estar, ayudar a entenderse y a descubrir la acción de Dios en él».*
Catequista, siéntete acompañante libre, con esa libertad que da Jesús, el Cristo, y soporta y promueve la libertad del otro, como dice el mismo Álvaro Ginel más adelante. Esa libertad que es un signo de la gracia de Dios, que siempre nos acompaña.
* Cf. Álvaro Ginel, Asociación Española de Catequetas (AECA), El acompañamiento en catequesis (Didajé, n. 16), PPC, Madrid 2019, pp. 89-90.