Tras la celebración de la fiesta de san Prudencio, patrón de Álava y “apóstol de la paz”, recordamos el número 389 del Directorio para la Catequesis:
«La complejidad de los problemas sociales de hoy puede llevar al creyente a adquirir actitudes de desconfianza y desinterés, mientras en el corazón del Evangelio se encuentra el servicio a los demás, por el cual, «tanto el anuncio como la experiencia cristiana tienden a provocar consecuencias sociales» (EG, 180). La Iglesia, evidenciando la íntima conexión entre la evangelización y el desarrollo humano integral, insiste en que la fe no sea vivida como un hecho individual, privado de consecuencias concretas sobre la vida social. «Una auténtica fe ‒que nunca es cómoda e individualista‒ siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra» (EG, 183). Es parte integrante del camino de profundización de la fe la maduración de una visión social y política atenta a la eliminación de las injusticias, a la construcción de la paz y a la salvaguardia de lo creado, a la promoción de varias formas de solidaridad y de subsidiaridad».
Que continúes siendo catequista y “apóstol de la paz” a la manera de san Prudencio. Que Santa María de Estibaliz, patrona de Álava, cuya fiesta celebramos el 1 de mayo, colme tu corazón de concordia y tu ministerio de cordialidad. ¡Buen mes de María!