Carlos Munilla (sacerdote zaragozano perteneciente al IEME, Instituto Español de Misiones Extranjeras) escribía en el tríptico informativo de la pasada Jornada del Catequista Nativo y del IEME, celebrada bajo el lema “ser catequista es contagiar la esperanza de Jesús”: «¿Os habéis planteado alguna vez contemplar la Navidad y la Epifanía desde una mirada de esperanza, desde los ojos de Dios? Con todo, el que ha experimentado que la fe no es una ideología, sino el encuentro gozoso con Jesús, el Dios hombre, no podrá dejar de anunciarlo a los hombres, porque somos misión. (…) Lo hará poniendo a la persona por encima de todo otro valor, incluso el de que llegue a ser cristiano, pues también eso lo ha descubierto a la luz de su experiencia cristiana. La persona está por encima incluso de la fe. Y lo hará de muchos modos; y el principal, con su propia vida, sin grandes discursos, pero con plena confianza en el ritmo y la obra de Dios. Lo hará no sólo centrando su misión en la fe explícita, sino también en la solidaridad humana, pues Jesús es Mesías que revela al Padre y trae la justicia a los pobres, inseparablemente. (…) Este es uno de los test de madurez cristiana: “la experiencia de la fe lleva directamente a la misión y al servicio”».
Ahí lo dejamos para tu reflexión.