«Teóricamente nadie debería empezar la catequesis si no se ha encontrado con Jesús y desea ser discípulo suyo. Pero bien sabemos que esto no es así. Muchos niños, adolescentes, jóvenes y adultos que se acercan a la catequesis lo hacen por otros motivos ‒tradición familiar, amigos, celebración de un sacramento…‒, pero no porque deseen compartir su vida con Jesús en el seno de la Iglesia. Siendo sinceros, hemos de reconocer que para muchos niños-adolescentes Harry Potter es más real que Jesús. Las aventuras y poderes de este personaje les son más inspiradoras que lo que la catequesis les pueda contar del Hijo de Dios… Por esta razón, antes que nada, los catequistas debemos preocuparnos por detectar quién es Jesús para aquellos que se acercan a la catequesis. Si se han encontrado con él o no; si lo consideran alguien real o un personaje más de ficción; si esperan que pueda conmover sus vidas o simplemente es un pretexto para cumplir con otros intereses… (…) Mientras Jesús no sea real, todo lo que se haga en la catequesis será estéril. Por esta razón, la catequesis debe preocuparse, ante todo, de promover el encuentro con Jesús, único modo de que las personas descubran que Jesús está vivo y actúa en sus vidas».*
Los subrayados son nuestros. Sin más comentarios
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