Dentro de un par de días celebraremos la fiesta de santa Teresa de Ávila. Qué bien nos puede venir a todos los catequistas ese bello elogio de la paciencia, que os copiamos más abajo por si os sirve para vuestra oración esta semana. Dice José Tolentino Mendonça: «Cuando pienso en la paciencia, me detengo muchas veces en la imagen de la siembra, en el desprendimiento y en la lentitud de la semilla que acepta la oscuridad de la tierra como condición para florecer. Tanto los que siembran los campos como los que depositan semillas en los corazones (como vosotras y vosotros, catequistas), deberían primero haber templado su alma en la paciencia; porque la paciencia, al revelar el escondido proceso de germinación de la vida, también deja en claro que esa es la única forma de cuidar bien de ella, de entenderla hasta el fin, de acompañarla, paso a paso, con esperanza».*
Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda;
la paciencia
todo lo alcanza;
quien a Dios tiene
nada le falta:
Sólo Dios basta.
(Teresa de Ávila)
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