La familia, lugar del despertar religioso y del anuncio de fe
Conozco a varias familias asiduas a la celebración dominical de la Eucaristía. Algunos de sus hijos ya han celebrado su primera comunión. Otros se preparan en la catequesis de infancia. Estas familias han llevado a cabo el despertar religioso de sus hijos y les inician en la fe cristiana aunque, quizás, no se lo hayan propuesto explícitamente así.
Clara Arza, Delegada de Anuncio y Catequesis de la Diócesis de Bilbao, nos decía en el Encuentro de Formación del pasado noviembre, que algunos definen la familia como una gran mochila donde vamos acumulando todo tipo de experiencias, aunque estas mochilas de aprender a vivir cada vez llevan menos la experiencia, la noción de Dios. Sin entrar en las desventajas que conlleva esta situación o las oportunidades que nos ofrece, veamos lo que dice el Directorio para la catequesis, en su n. 227:
«La familia es un anuncio de fe como lugar natural en el cual la fe puede vivirse de manera sencilla y espontánea. Ella “tiene un carácter único: transmite el Evangelio enraizándolo en el contexto de profundos valores humanos. Sobre esta base humana es más honda la iniciación en la vida cristiana: el despertar al sentido de Dios, los primeros pasos en la oración, la educación de la conciencia moral y la formación en el sentido cristiano del amor humano, concebido como reflejo del amor de Dios Creador y Padre. En resumen, es una educación cristiana testimonial más que aprendida, más ocasional que sistemática, más permanente y cotidiana que estructurada en períodos” (DGC, n.255)».
Como catequistas debemos hacer lo posible para que nuestras comunidades acojan y acompañen a las familias en el despertar religioso y el anuncio de fe a sus hijos. A ver qué podemos hacer para ganar esta baza.