Cuidemos la mirada para mirar como lo haría Jesús
En la conferencia de José María Fernández-Martos, jesuita, el pasado lunes, con motivo de la fiesta de santo Tomás en la Facultad de Teología de Vitoria, me llamó la atención el momento en el que hablaba del episodio de Moisés ante la zarza ardiente y se preguntaba: “¿Dónde se produjo el milagro? ¿En la zarza que se puso a arder o en el corazón y los ojos de Moisés que se incendiaron con la presencia del Dios vivo dando el ser?”. Y continuaba: “La zarza arde cuando arde la mirada en el corazón. Toda criatura arde cuando la miras con miramiento, con detenimiento”.*
El papa Francisco, siendo arzobispo de Buenos Aires, decía a los catequistas: «Si algo peculiar debe caracterizar al catequista es su mirada. (…) Como el Maestro Bueno, cada catequista deberá hacer presente la “mirada amorosa” que es inicio y condición de todo encuentro verdaderamente humano».
«En una civilización paradójicamente herida de anonimato y, a la vez, impudorosamente enferma de curiosidad malsana por el otro, la Iglesia necesita de la mirada cercana del catequista para contemplar, conmoverse y detenerse cuantas veces sea necesario para darle a nuestro caminar el ritmo sanante de projimidad.
En este mundo precisamente el catequista deberá hacer presente la fragancia de la mirada del corazón de Jesús. (…) Mirada respetuosa, mirada sanadora, mirada llena de compasión (…).
Por eso, les pido a ustedes catequistas: ¡cuiden su mirada!. No claudiquen en esa mirada dignificadora. No cierren nunca los ojos ante el rostro de un niño que no conoce a Jesús. No desvíen su mirada, no se hagan los distraídos. Dios los pone, los envía para que amen, miren, acaricien, enseñen…».
(Jorge M. Bergoglio, Queridos catequistas. Ed. PPC, Madrid 2013, pp. 39-40.)
¡Qué hermosa y llena de vida la mirada de tantas y tantos catequistas entregados al anuncio del Evangelio, que contagian con su mirada la misma mirada de Jesús!
* Bastantes ideas de la conferencia las podéis encontrar en José María Fernández-Martos, SJ, Mirar, estremecerse, asombrarse, Ed. Sal Terrae, Santander 2020.